PAQUIMETRÍA
Se denomina paquimetría al grosor de la córnea en cualquiera de sus localizaciones. La determinación de la magnitud corneal, es decir, de la paquimetría, es necesaria para la monitorización y diagnóstico de diferentes
patologías corneales como puedan ser las ectasias primarias o secundarias a cirugía láser excimer, o el edema corneal primario (ej. Distrofia endotelial de Fuchs) o secundario a cirugía de catarata por facoemulsificación (Aldave cols., 2003; Rosa y Cennamo, 2002). Igualmente, conocer su magnitud es
necesaria para el diagnóstico de la hipertensión ocular o el glaucoma (Gordon y cols., 2002) y es fundamentalmente útil, en la evaluación preoperatoria del paciente en cirugía refractiva primaria o secundaria con fines refractivos y terapéuticos (Sharma y cols., 2005 y 2008).
Las técnicas paquimétricas actuales se pueden clasificar principalmente basándose en la presencia o ausencia de contacto corneal para su medición.
DE CONTACTO
Paquimetría Ultrasónica Convencional
La paquimetría ultrasónica la introdujo Kremer en el mundo de la oftalmología durante la década de los 80 y sigue siendo considerada como el “gold-standard“ para la medición del grosor corneal. Es una técnica no invasiva, sin embargo existe contacto con la córnea, por lo tanto se realiza bajo anestesia tópica. Para la adquisición de la medida se utiliza una sonda ecográfica (normalmente de 20 MHz) que se coloca sobre la superficie corneal. Dicha soda emite ecos cuya reflexión también se recibe y digitaliza, de tal forma que se genera una medida paquimétrica. Dicha medida es solo relativamente exacta, ya que el lugar exacto de la reflexión ultrasónica en la parte posterior de la córnea se desconoce (Ishibazawa y cols., 2011; Kawana y cols., 2004).
Biomicroscopía Ultrasónica
La biomicroscopía ultrasónica se basa igualmente en la tecnología de ultrasonidos, sin embargo le diferencia de la convencional en que los ultrasonidos que se emiten poseen 50 MHz, lo cual produce una mayor visibilidad de las estructuras observadas en el segmento anterior (Figura 3). En este caso, la sonda realiza una especie de movimiento en forma de arco que posibilita la emisión de multitud de ultrasonidos que posteriormente son digitalizados dando lugar a una imagen de gran resolución del segmento anterior. Al igual que la técnica de ultrasonidos convencionales, la adquisición es incómoda para el paciente porque debe permanecer aún más tiempo sin moverse y además el ojo debe estar inmerso en suero salino
(Javaloy y cols., 2004; Piñero y cols., 2008).
DE NO CONTACTO
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UNIVERSIDAD DE VALLADOLID
INSTITUTO DE OFTALMOBIOLOGÍA APLICADA
(IOBA)
Presentada por D. Alberto López Miguel para optar al grado
de doctor por la Universidad de Valladolid
Dirigida por el Dr. Miguel José Maldonado López
tras la Fotoablación de
la Córnea con Láser Excimer
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